
Leonardo José Maya Amaya, poeta, pensador, analista del alma, médico, director del hospital Eduardo Arredondo Daza, Valledupar.
Por Leonardo José Maya Amaya
Sigo siendo un hombre obstinadamente sentimental, a veces me persigue hasta el hermoso recuerdo de una mirada dulce que no era para mí.
Una mujer muy mala me obligó a soñar con ella, y en el sueño me exigió amarla solo a ella y a nadie más, así lo hice y mi amor fue eterno. Mientras duró ese sueño!!
Al final, siempre se recordarán más aquellos amores que se alejaron menos.
No es tan fácil enamorar a una mujer, es más fácil que ella te enamore. Para siempre!!
Si cambias de compañeros, pronto cambiarás también cambiarás de caminos.
Tiempos hubo en que me propuse olvidarla, nunca pude. La luna me la devolvía radiante y sonreída.
Estamos hechos de verdades distintas y cada día es más necesario un acto de valentía: Atrévete a imaginar y soñar mundos distintos!!
Mi vanidad es una sola: puedo recordar todas las sonrisas y todas las miradas de todas las mujeres que he conocido. Mi vanidad es que puedo hacerlo sin ningún margen de error!!
Hoy no quiero hablar de barcos, ni de mujeres. Son implacables cuando se van, nada las detiene. Te dejan con el corazón en llamas y frente a un mar… de lágrimas.
La crueldad no está en la espada, está en la mano que la empuña.